Cuando Leo Fioravanti y Josh Moniz viajaron al Pacífico Sur para un viaje a Papua Nueva Guinea, pusieron pie en una de las tierras más lingüísticas del mundo, con más de 800 idiomas hablados en su población principalmente rural.
Pero encontraron que los límites del lenguaje no se aplican, cuando se encuentra una ola que se parece a Lowers, a miles de kilómetros de su casa. Una buena ola es una buena onda, no importa la palabra que uses para describirla.
El nuevo cortometraje del director Marc Chambers cierra con gran nota, ya que Fioravanti y Moniz empujaron a un grupo de niños de la localidad en sus primeras olas.
SURFER
BALUVERXA
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