Hoy nos llega la primera y segunda parte de la nueva serie O'Riginal de O'Neill. Aquí está la premisa básica. Surfistas cuentan su vida , uno por semana. Puede o no haber oído hablar de ellos, pero cada uno tiene una historia realmente genial que contar acerca de su amor por el surf y el océano. Son auténticos . Son verdaderos surfistas.En el primer episodio vemos a Billy Bain de Sydney contar su historia. Billy tuvo éxito en eventos juniors y disfrutó del éxito, la emoción del patrocinio e incluso algunas portadas de revista. Pero adentro había conflicto. Había otro sueño llamándolo. Billy quería hacer arte.
Así que se quitó la erupción, empacó su vida cómoda en las playas del norte de Australia y se mudó a la ciudad para convertirse en un estudiante de arte.
Pero el hecho de que Billy ya no esté persiguiendo el sueño del surf profesional no significa que haya abandonado el surf. Por el contrario, el surf para Billy ahora es más importante que nunca, ya que sirve como un lanzamiento importante y se reconecta con la naturaleza cuando la ciudad se vuelve demasiado difícil de soportar.
En el segundo episodio nos encontramos con Lachlan Rombouts. Lachie tiene una historia con la que muchos de nosotros nos podemos identificar. A Lachie le encanta surfear, pero también le encantaba pasarlo bien.
Rombouts creció a dos horas de autobús de la playa y nunca dudó en coger su tabla y hacer el viaje a todas las oportunidades. Cuando fue lo suficiente maduro, juntó sus cosas y se mudó cerca del océano.
Pero, recién salido de la escuela, acabó cayendo en las trampas de la vida adulta y se sumergió en el mundo de las fiestas. Lachie luchó para equilibrar la agitada vida en tierra con los buenos momentos en el agua y, eventualmente, su salud mental sucumbió.
"Al final, fue a encontrar una conexión con tablas gigantes y olas aún más grandes que revigorizaron el amor de Lachie por el mar y le ayudaron a identificar qué tipo de hombre quería ser", dice el director de la serie, Vaughan Blakey.
Es una historia familiar para muchos de nosotros, los surfistas. El océano se convierte en nuestro consuelo, nuestro lugar de paz en el que podemos reiniciar antes de volver a salir con nuestras diversas cosas con una perspectiva fresca y, a menudo, más positiva.
De eso se trata el surf para la mayoría de nosotros.
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